En la novela de Eduardo Labarca Cadáver tuerto, publicada en 2005, un personaje falsifica el diario de un general asesinado. Algunos
lectores asociaron el relato con la muerte del general Carlos Prats y la
publicación en México en 1975 del libro Una vida por la legalidad atribuido a Prats. El libro tuvo gran repercusión pero a la postre
resultó ser apócrifo. Entrevistado por el periodista Pedro Pablo
Guerrero para la Revista de Libros de El Mercurio, Labarca reconoció
ser el autor del diario apócrifo y se excusó personalmente ante cada
una de las hijas del general Prats y ante el Fondo de Cultura
Económica, la editorial mexicana que había publicado el libro. El
suceso despertó una agitada polémica y Labarca explicó su actuación
en diversos artículos y entrevistas.